viernes, 4 de enero de 2013

Mi carta de los Reyes Magos

La Noche de Reyes es un remanso de paz para los padres. El sorprendente trío tiene tanto poder que es capaz de convertir a nuestros diablillos en ángeles celestiales. Obedientes, ordenados, silenciosos si hace falta, todo es poco con tal de lograr los favores de los Reyes Magos en busca de los deseados regalos.  
"¿Si pienso muy fuerte en eso y me porto bien me lo traerán papá?".
"Sí, cariño".
Una tarde cualquiera de cualquier día del año genera un sinfín de tiras y aflojas. ¿Alguien lo duda?, la relación padres-hijos es una lucha soterrada de poder. Basta un "chicos venir a bañaros" para descubrir que tus hijos acaban de tramitar con Suecia un cambio de nacionalidad porque nadie podría hacerse mejor el sueco que ellos. También podría ser que se planteen su futuro un funcionarios. Todo hay que pedírselo por cuadriplicado.

El día a día pone a prueba los recursos paternos para sacar adelante el día. El palo y la zanahoria se refuerzan con arengas de  sargento chusquero, un toque de finezza diplomática, ruegos desesperados y una apasionada terapia de coaching. Cuando llega la noche y los terremotos yacen inmóviles en sus pequeñas camas una sensación de alivio se apodera de ti. Levantarse, vestirse, desayunar, llegar al colegio, hacer los deberes, merendar, bañarse, cenar e ir a la cama son los campos de minas diarios a sortear. Y da igual que hayas ganado la batalla, la guerra es infinita.
Los regalos son uno de los mayores estímulos para los niños. 

En esas estás tu con el casco de infantería puesto cuando tres desconocidos de Oriente obran el milagro. Basta con que un tal Gaspar, Melchor y Baltasar asomen por el horizonte imaginario para que tu trinchera aparezca como un bucólico cuento de hadas con querubines de cabellos dorados y sonrisas encantadoras. Nuestras plegarias hechas realidad, ¡llegan refuerzos!.

Es en estos días cuando los padres tenemos el arma de disuasión más poderosa de la era infantil. La fórmula es sencilla se empieza enunciando la instrucción, como no te comas/no órdenes/pegues a tu hermana/le chinches, para rematar con la amenaza bíblica del carbón. Estoy tan encantado con el método que ha sido lo primero que he pedido en mí carta: "Queridos Reyes Magos he sido bueno y quiero pediros que os paséis una larga temporada en casa, o mejor aún, que os vengáis a vivir todo el año. Atentamente, un padre". Esperaré ansioso al día de Reyes a ver si se han cumplido mis deseos....

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