jueves, 29 de enero de 2015

Descubriendo el glamour de los Rolls-Royce de Torre Loizaga

No me gusta el motor y me aburre las carreras coches, pero me ha fascinado la Torre Loizaga, la mayor colección privada en Europa de coches Rolls-Royce de época, una escapada memorable para todas las familias. Hay pocas cosas tan identificables para un padre y un hijo que un coche y este castillo del Siglo XIV eleva a los cielos este icono popular.


Tengo que admitirlo me pierdo cuando abro el capó, no sabría cambiar una rueda y poner las cadenas para mi es más complicado que resolver unas integrales. Pero es inevitable, los automóviles no dejan de ser una fábrica de sueños en todas las edades y en todas las épocas. Todavía me acuerdo de niño cómo miraba el salpicadero de los coches de gama alta para descubrir la velocidad punta que podía alcanzar. Si algo podía igualar esa mística irresistible era la fantasía de ligar con una chica de 18.


Pues bien Torre Loizaga recoge esa emoción, pero multiplicada. Al glamour de la nutrida flota de coches clásicos de todas las décadas del Siglo XX se añade la leyenda de su emplazamiento medieval, en un contraste histórico memorable. En un sitio así tan pronto te ves parapetado en las almenas de la torre repeliendo con flechas el asalto de un ejército enemigo como conduciendo en plena época victoriana.

Diego Artola
Los coches de principios del Siglo XX tenían un encanto especial.



La llegada conserva el encanto original a través de un itinerario rural salpicado de caseríos, idílico aunque tal vez un tanto incómodo para la perspectiva del turista actual. Entrar es una experiencia mayor, como el descubrimiento de un auténtico cofre del tesoro.


El museo surgió del empeño personal de Miguel de la Vía, un discreto empresario que murió hace 6 años. Su pasión le llevó a adquirir todos los modelos de la legendaria Rolls desde su nacimiento en 1910 hasta su compra en 1998 además de un buen número de coches clásicos de marcas de lujo.


Este origen personal se mantiene en la colección que se muestra parcialmente en un espacio expositivo austero que limita su esplendor con pabellones de estilo barracón, un poco al modo bilbaino de déjate de pijotadas que esto ya es la h…..(según interpreto libremente porque todavía no domino el arte de la telepatía y no sé la opinión de los propietarios)

Diego Artola
Loizaga tiene la mayor colección privada de Rolls-Royce en Europa.



Precisamente este modo de ser sin mostrarse al exterior le proporciona el encanto misterioso de lo desconocido. Para mí fue un recorrido en auto por la historia al volante de estos vehículo fabricados con pasión artesanal, elegantes pero al mismo tiempo frágiles. 

Este viaje recupera el porte aristocrático de los primeros modelos, aunque la estética se transforma y comprende toques de cine negro con vehículos que recuerdan a las películas de gangsters. Entre las sorpresas se encuentran algunos pasajes de la historia como la presencia del mismo modelo de coche utilizado por el presidente Kennedy el día de su asesinato en Dallas.

Diego Artola
El modelo de Cadillac que utilizó Kennedy el día de su asesinato,



Si tenéis la suerte que yo tuve podréis descubrir el interior de la torre defensiva, que se batía en armas en los enfrentamientos entre los señores vizcainos de la época medieval. El pasado de Loizaga no pudo ser más trágico porque cayó abatida por bandos rivales al bastión familiar y fue destruida.

Aun así, la reconstrucción ha sido tan fiel a la historia que sólo le falta el fantasma que parece acechar a estos castillos. La imaginación se la dejamos a los hijos que 
en Loizaga vivirán seguro una de las aventuras de su vida.


Diego Artola


Algunos datos
Localización: Barrio Concejuelo en Galdames a 30 kilómetros de Bilbao.
Horarios: Domingos y festivos de 10.00 a 15.00 horas.
Precios: Adultos 7 Euros/Adolescentes y jubilados 4 Euros/ Menores de 12 entrada gratuita.

viernes, 16 de enero de 2015

La conquista del faro de Gorliz

¿Puede un niño de 6 años subir hasta la cima de la montaña y sentirse él señor de las cumbres en un entorno paradisiáco como el faro de Gorliz?  Pues claro que sí y nada mejor para demostrarlo que aprovechar el buen tiempo que estamos disfrutando este invierno. Una escapada al monte es un encuentro con la naturaleza el aire libre, una salida en familia y una desconexión de los aparatos que transforman en zombis a nuestros hijos, ¿se puede pedir más?

No hace falta irse al fin del mundo para disfrutar de paisajes increíbles a la vuelta de la esquina. Basta con hacerlo a 40 minutos de Bilbao en coche como en Gorliz. Tampoco hay que ser Jesús Calleja para vivir aventuras increíbles porque la montaña y la imaginación nos trasladan a un territorio de piratas y batallas dónde se gestan la hazañas. Estos ingredientes no faltan en ninguna salida, pero si vas a Gorliz el paisaje te inspira una emoción instantánea sin necesidad de forzar la imaginación.

La montaña de Gorliz es un descubrimiento porque aparece eclipsada por su maravillosa playa, asaltada cada verano por miles de bañistas. Para el que no la conozca, es una versión de la Concha que en nada desmerece a la donostiarra a pesar de su anonimato. A su bahía le falta una isla, pero a cambio disfruta de pinares casi al borde del mar que le dan el encanto de las Landas francesas.

Precisamente la ruta arranca en el extremo de la playa donde se acaban de recuperar unas dunas milenarias. Una de las ventajas de la subida al faro de Gorliz es que se adapta a todos con dos itinerarios alternativos. Si tienes niños pequeños y hasta bebés puedes disfrutar con un recorrido suave y asfaltado sin tráfico al que se accede desde el aparcamiento de la playa.


Esta carretera transita por pastos y laderas y deja atrás el centro de recuperación de animales silvestres de la Diputación, donde se salvaron las especies afectadas por la marea negra del vertido del Prestige. El camino es tan accesible que verás pasar a ciclistas y corredores (yo vi a una persona con discapacidad en su silla de ruedas motorizada) en un apacible paseo junto a caseríos y caballos de especie autóctona pastando a sus anchas.

El recorrido es agradable, pero como aquí buscamos la aventura optamos por un plan más intrépido y subimos por el perfil montañero que parte de la playa. No tiene pérdida, un cartel nos anuncia la subida y el itinerario queda marcado por vallas rústicas de madera.

El itinerario tiene un mínimo riesgo para niños pequeños, los acantilados quedan a pocos metros y un terraplen de arbolados y zarzas flanquea un buen tramo de subida. Tendrás que tener los ojos bien abiertos con los niños y mantener el orden de la marcha, pero ya estás curtido con las carreteras infestadas de coche que rodean los parques infantiles.

Enseguida sentirás que has tomado el camino acertado cuando disfrutes de vistas increíbles sobre la bella bahía. Además, aunque el camino es natural está mínimamente acondicionado por una suerte de peldaños que nos evitan el barro.


Una vez superado este sendero por el bosque de pinos, el paisaje se abre hacia el Cantábrico y nos regala la inmensidad del mar. Llega un instante de emoción con los restos de las ruinas de un antiguo fuerte que vigila las olas desde un brazo de tierra que acaba en acantilado. ¿No habíamos dicho que había piratas?. Con la disposición adecuada, la vista nos lo confirma. Es fácil imaginar la presencia de un tesoro secreto, aunque dejamos la búsqueda para otra incursión (es bueno dejar experiencias para volver otros días).

Mantenemos la marcha recorriendo los acantilados en busca del faro hasta que el camino de tierra muere en la carretera tras superar una balsa de barro que nos obliga a dar cada paso con precaución. El faro no deslumbra porque carece de historia (es de los 90) y le sobra su diseño excesivamente funcional para tener encanto. Al menos nos regala la vista de la isla Billano con forma de dragón.

La magia está bajo sus pies en una batería de artillería excavada en la montaña. El complejo fue construido por prisioneros republicanos ante el temor del franquismo de un posible desembarco de las potencias aliadas durante la Segunda Guerra Mundial. De ese delirio queda uno de los tres cañones y las galerías, escenario consagrado hoy al pacifismo por la estética hippy de sus grafitis.



Podíamos proseguir el ascenso hasta el vecino monte Ermua, sobre el que se disfruta una panorámica incomparable de Uribe Kosta, pero nos contentamos con apurar el hamaiketako y descender plácidamente por la carretera. En casa nos espera un chocolate caliente.

viernes, 9 de enero de 2015

¿Cuál es la edad ideal para tener hijos?

Tener hijos es más difícil de lo que parece y la primera decisión llega con la planificación, ¿cuál es la mejor edad para tener hijos?. Una vez más se cumple el principio de que la virtud está en el medio. Ni joven ni viejo, la mejor edad para tenerlos son los 30. (Al menos así lo pienso yo)


En otras generaciones como las de nuestros padres  no existía este dilema, simplemente no se elegía. Los niños se tenían y punto y mejor más pronto que tarde. Ahora queremos disfrutar de la experiencia de la paternidad plenamente y buscamos el momento más oportuno.


Ante todo reconozcámoslo, este no es un debate para todos. Lamentablemente, tener hijos es cada vez más difícil así que para muchos la posibilidad de una paternidad sólo llega en la mediana edad asegurados unos ingresos estables y suficientes. Así que si seguís leyendo probablemente sois de los afortunados que puedan escoger el momento de la paternidad. 

El primer consejo es estar preparado, así, tal cuál. Desde luego no he inventado la penicilina, pero esta observación no es tan evidente como parece viendo algunos especímenes por ahí. Vosotros lo sabéis mejor que nadie, un hijo no es un muñeco ni un juguete ni una mascota que se pueda devolver o regalar al vecino. Un hijo es la mayor fuente de satisfacción pero también una de las mayores causas de preocupaciones. Para lo bueno todos estamos preparados, pero ¿lo estáis para lo malo?. Lo descubriréis muy pronto, en los primeros meses de vida del bebé se os olvidará como era el placer de dormir toda una noche sin interrupciones.


La concienciación. Esta es la principal ventaja de los padres veteranos. La madurez es una virtud que algunos no alcanzarán ni de mayores aunque se tiene más probabilidades de conseguir con los años. Lo más conveniente es tener hijos cuando ya has agotado la fiebre del sábado noche y salir de marcha ya no forma parte de tus prioridades. Este es el mayor obstáculo de los padres muy jóvenes que pueden padecer el síndrome del game over, fin de partida. (No busques en internet, esta expresión me la acabo de inventar pero ya me entendéis). 


Foto: Etolane

El tiempo acaba por curarlo todo y aquí ofrece una jugosa compensación a los padres más tempraneros. ¿Os imagináis a los 40 liberados para ir al cine, cenar o incluso viajar cuando los demás empiezan con los primeros pañales?.


Pero madurez no es sólo asumir que vas a salir menos que el sol en invierno, es aplicar el sentido común y la prudencia. El bebé es frágil y además no habla así que tendrás que anticipar los problemas. La paternidad implica planificación constante y aceptar que tu tiempo es menos libre que nunca. Lo más importante es que la madurez debería prepararte para soportar las frustraciones de la paternidad. Recuerda, un hijo también implica sacrificios y privaciones. Paciencia y aguante serán tus mejores apoyos.


Vitalidad. Aquí los jóvenes son los campeones. Los niños pequeños son unos auténticos terremotos y hay que estar en forma para aguantar su ritmo. ¿Estáis preparados para realizar infinitas series de carreras detrás de ellos? Seguro que os preguntáis cómo pueden correr tan rápido siendo tan pequeños. Y sobre todo, qué fijación tienen con las carreteras. Si pensáis que sois temerarios es que no habéis conocido a un niño. La vitalidad también os permitirá disfrutar más con vuestros hijos jugando sin límites, lo que implica arrastrarse, gatear, escalar. Vamos, lo que se hacía antes en la mili.


Por gusto tendencia o necesidad hoy vivimos el fenómeno del padre-abuelo. Si antes se empezaban a tener hijos desde los 20 años y tú los tienes a partir de los 40 entonces estás teniendo un nieto. A esa edad la paternidad resulta agotadora. En el otro extremo si los tenéis de veinteañeros probablemente os falte serenidad. Incluso podéis sentir que no os tocaba tener hijos y que os estáis perdiendo algo grande sin las peripecias nocturnas de vuestros amigos. Si eso ocurre tenéis un problema no estáis preparados pero tenéis que reaccionar, una vida depende de vosotros.


Los 30 es una mezcla de lo bueno de las otras dos edades, al menos en teoría. Todavía se conserva la vitalidad suficiente para aguantar el tirón de los pequeños y se supone que tenéis cada vez más paciencia y tranquilidad. Además posiblemente la noche os empieza a cansar. 

Y vosotros, ¿Cuál ha sido vuestra experiencia?

jueves, 23 de octubre de 2014

No le regales una camiseta de Messi

Espero que los lectores del Barcelona lo entiendan o por lo menos no me pongan verde (tampoco es para tanto) pero el otro día mi cuñada le regaló a mi hijo una camiseta de Messi y me sentó como un cuerno. Bueno, en realidad fueron dos, también la suya de Argentina a la que sumó otra tercera de Neymar de Brasil. Ya sólo faltaba la de Cristiano para completar el póker. "Son sólo unas camisetas", me dijo ella, que como no le gusta el fútbol alcanza a ver únicamente telas de colores y letras.

domingo, 19 de octubre de 2014

¿Cómo se liga más, con perro o con bebé?

No es que esté en crisis matrimonial ni busque aventuras de faldas, pero reconozcámoslo, la discusión es un eterno debate sin un claro veredicto, ¿cómo se liga más, con un perro o con un bebé?. Cada uno tendrá su opinión y sus propias experiencias personales y si alguien puede rivalizar en atractivo con un bebé es el mejor amigo del hombre, el inseparable compañero canino. Os cuento mi experiencia.
La última vez que tuve un perro fue hace más de 15 años, era un Schnauzer mini, era de la familia y yo no era su dueño. Sé que la pertenencia de un perro une mucho y que los propietarios están tan apegados a sus animales que de la complicidad de unos y otros surge una comunidad casi instantánea.
Bueno los dueños de perros lo sabéis mejor que nadie. Yo apenas pude descubrirlo porque no era el cuidador y los paseos con Ralf (así se llamaba) fueron contados y a deshora con poca gente en la calle. Pero hay hasta estudios que aseguran que se liga más. La verdad es que hay estudios para todo….
Yo mismo podría probar esa teoría ahora mismo desde el otro lado de la correa, los sin perro. No vayáis a pensar mal. mi hijo pequeño es un loco de estos animales, cada vez que ve uno, grita, "perro, perro" y les sigue para tocarlos. Algunos tienen dueña y yo hablo con ellas, lo justo para preguntar por el nombre del animal y si es seguro tocarle. No sé si este acercamiento contabiliza como ligue, pero casi todos los días ocurre. Es inevitable, los perros y las motos le vuelven loco y me arrastra hacia ellos.

Bueno, ahora voy a lo que conozco mejor, el mundo del bebé. Pués no he encontrado muchas referencias en Google sobre el asunto. Tal vez usar un niño para ligar es un tema tabú, qué sé yo. Yo por mi experiencia os puedo decir que un bebé es como un imán para todo tipo de personas, especialmente las mujeres. Les despierta el espíritu de la maternidad y el reclamo parece irresistible.
Sólo he vivido algo parecido en unos carnavales en Venecia con uno de los disfraces más cutres que he usado. De bombero-torero de color naranja butano. La puesta en escena cuidada, eso sí, incluía hasta una media en el paquete cual matador real y una cuadrilla con otros dos amigos tan matados como yo. Y no paraban de venirnos mujeres, en vano porque en el grupo estaba mi mujer que ya esperaba nuestro primer hijo. Pero si estáis libres….probar a ir de torero cutre en Venecia.
Bueno, volviendo al tema bebé, las mujeres se acercan hechizadas. Es su sonrisa, su mirada traviesa, su idioma infantil impredecible, sus salidas sorprendentes. Qué os voy a contar, un bebé tiene un carisma irresistible. Y aquí llega la diferencia sustancial. El niño es tan angelical que te eclipsa totalmente.
En Venecia el cutre-disfraz me daba algo indescifrable, por alguna razón me hacía parecer sexy. No me preguntéis por qué, es todo un misterio para mí. Aquí el pequeño es el gran protagonista. Además, a lo mejor me equivoco, pero el espíritu de maternidad que puede provocar un bebé no casa con la líbido sexual, aunque tal vez si te llamas Olvido Hormigos….
Bueno, a parte de que utilizar a un bebé para ligar es algo cuestionable es también ineficaz. Así que si necesitáis una ayuda, recurrir al perro.
Y a vosotros, ¿alguna vez os ha funcionado alguno de los dos métodos?

jueves, 18 de septiembre de 2014

¿Adaptación escolar o profesores inadaptados?

Acabado las vacaciones de verano la segunda semana de septiembre arrancaba a medio gas, paralizada; estábamos de adaptación, adaptación escolar. En las oficinas los teléfonos sonaban y sonaban sin que hubiera nadie para descolgarlos; los emails no se contestaban; los transportes no funcionaban a penas; las calles apestaban por contenedores de basura a rebosar; los  cirujanos operaban únicamente media hora al día; los bomberos no salían a apagar fuegos;  colas enteras se agolpaban frente a los comercios debido a su corto periodo de apertura. El mundo se paraba, el mundo estaba en adaptación.

Lógicamente hay vida después del verano porque la sociedad no puede parar. El mundo se adapta a la vuelta laboral menos el sector educativo infantil, que se encierra en su mundo. Nadie duda de que la vuelta al trabajo cuesta, como la vuelta a las aulas, aunque más duro es continuar en el paro o no tener para comer o perder un ser querido, y tantas cosas más....  En la calle los efectos de septiembre se aprecian claramente en una caraja colectiva, una empanada general. 

Y claro, los bebés y niños no son ajenos a este carajal. Los especialistas denominan este cuadro como síndrome postvacacional. No tiene mayores consecuencias, aguantamos el tirón y la realidad acaba por imponerse, nuestros hábitos laborales vuelven y nuestro cuerpo se repone de los horarios sin vacaciones.





También los niños, que por cierto son las personas más adaptables del mundo. Sí, lo viven todo con tanta intensidad que se hacen notar, su malestar explota, gritan, lloran, se tiran. Muchos declaran la guerra al cole, sobretodo si este es nuevo y les transmite una sensación extraña. Nada que un padre no vea a diario, la clásica rabieta.


No hay problema, son los contestatarios más firmes que te puedas encontrar.... siempre que se acuerden de lo que protestaban. Basta la táctica del despiste, '¡mira una moto/muñeca', para que la rebeldía se olvide. Y a otra cosa, ya han metido su turboadaptación.


El adulto no va a montar ese pollo, lo lleva con resignación, en silencio, con una congoja invisible, como las hemorroides. Por eso nos dura más aunque se nos note menos.

Se nota, ¿no? Pienso que la adaptación es ante todo un timo inventado por los profesores para librarse de unas semanas difíciles. Y creo que este proceso nos priva de un servicio público en condiciones. Una adaptación a la francesa (una semana de duración) tiene un sentido. La adaptación española o vasca es un mamoneo. Y lo más gracioso, es que a los niños les alargan la adaptación tres semanas. Pero ojo, que lo hacen por ellos.

martes, 12 de agosto de 2014

Luces y sombras del primer chiringuito de España

Los chiringuitos son uno de los símbolos del verano español y protagonizan la estampa cotidiana de la cervecera playera de tapas y pescaditos, aunque su origen se remonta a un pasado más antiguo y distinguido en el paseo de Sitges, donde se halla el primero de todos. Es lo que tiene ser padre de niños pequeños condicionado a los imprevistos infantiles, que de pronto y sin quererlo te conviertes en un explorador.

Así ocurrió en julio cuando nos topamos con el chiringuito original en el paseo costero de Sitges. Nada hacía presagiar que nos encontrábamos ante un trozo de la historia gastronómica porque el local se empeñaba en enterrar su pasado con carteles de comida playera para guiris encabezados por la omnipresente paella. 

Además, su aspecto desangelado, sin un alma en un atestado viernes de finales de julio, le hacían especialmente sospechoso. Me acuerdo que pensé, acaso sirven aquí salmonelosis o algo peor. Por lo demás, el servicio tampoco ayudaba, ni simpático ni desagradable, demasiado indiferente.

Y es lo que tiene ser padre de niños pequeños, que a veces pesa más la comodidad que la prudencia. Con las expectativas congeladas en plenas temperaturas veraniegas decidimos darle el beneficio de la duda para que los niños correteasen en la terraza libres sin crear daños colaterales y porque la falta de cola era tentadora.

Así que dando paseos con el carrito del bebé, tarea inevitable para cualquier padre a estas edades, descubrí que no estábamos en un chiringuito si no en EL chiringuito. Este local se fundó en 1913 como un merendero marítimo, alternativa económica al cercano Pabellón del Mar, que era frecuentado por ricos indianos. 

Precisamente, los propios indianos importaron el término chiringuito de Cuba, expresión que popularizaron los trabajadores de las plantaciones de azúcar. Aquellos esforzados jornaleros aprovechaban los descansos para preparar café a través de en una media fina con la que se filtraba el líquido de los posos. El chorrito que brotaba se llamaba chiringo, que pasó a convertirse en un término genérico de café.

Y así, descubriendo la historia improvisadamente me adentré en el interior del local y descubrí una pequeña galería con imágenes de hace ya un siglo imposibles hoy en día, de veraneantes en chaqueta y corbata con trajes muy oscuros y bigotones. Todo un viaje al pasado.

También descubres que el chiringuito ha evolucionado en una especie de museo del escritor César González Ruano, su más ilustre cliente, del que se dice que recuperó el término chiringuito en la posguerra española. El local conserva intacta el escritorio desde el que Ruano redactaba sus columnas semanales a La Vanguardia. El homenaje se extiende a la fachada donde luce un mosaico que la ciudad le dedicó en 1949 en el que se le cita como padre intelectual del chiringuismo.




González Ruano pasaba por allí cuando los propietarios se preparaban para recuperar el local original, bautizado como el Kiosket, tras los destrozos de un temporal. Entonces el escritor recomendó el viejo nombre colonial Chiringuito para la nueva construcción. 

Afortunada o desafortunadamente, nuestro paso fugaz por Sitges coincidió con la todavía presencia del mosaico. En marzo la escritora Rosa Sala Rose desmonta el prestigio del literato en su obra El marqués y la esvástica, donde descubre que cobró de Goebbels para difundir la propaganda nazi antisemita. Peor aun, hay sospechas de que se aprovechó de la necesidad de los judíos para estafarles con salvoconductos falsos.  


Propaganda nazi

El Ayuntamiento ha reaccionado y en julio retiró al escritor madrileño todos los honores, incluyendo el desmontaje próximo de la placa de la fachada. Su imagen de señorito pícaro, de dandy de mala vida entregado al tabaco y al alcohol, su relación con el exiliado rey Alfonso XIII, le sirvió a González Ruano para labrarse una coartada de falso marqués y vivir como tal de corresponsal en Roma o Berlín durante la Segunda Guerra Mundial

Perseguido por la Gestapo, por corrupto, y condenado a 20 años por el Gobierno francés por colaboracionista con los nazi, su activismo desconocido ha sido demasiado y el autor también ha sido descabalgado del premio que durante los últimos 38 años distinguía a los mejores periodistas españoles.

Tal vez los actuales propietarios del chiringuito, descendientes directos del capitán Calafell, fundador del local, se mantengan muy alejados de la actualidad porque González Ruano sigue siendo su icono. Tal vez esa falta de reflejos tenga relación con el aire viejuno que no clásico del chiringuito de Sitges. Su pasado centenario queda eclipsado entre parafernalias del peor chiringuismo playero y la pose impostora de su farsante literario.

Aun con todo, y con el balance de las últimas revelaciones, me pareció un local interesante por su estética marinera centenaria, un pequeño anacronismo del Sitges vibrante y moderno de hoy en día. Y no, no pillamos salmonelosis, todo lo contrario, disfrutamos de lo lindo con una sabrosa ración de boquerones fritos, puro manjar mediterráneo.